Los traumatismos o golpes son muy frecuentes en los niños y pueden afectar tanto a la dentición temporal como a la definitiva, así como a los tejidos blandos (labios, lengua o mejillas).

Cuando sucede un traumatismo dental se debe acudir a la consulta dental para saber el alcance que haya podido tener el mismo, y hay que insistir en que la rapidez en la atención previene la aparición de complicaciones.

¿Qué podemos hacer?

  • Si como consecuencia de un traumatismo se produce la pérdida de un diente, o una rotura de este, debemos intentar recuperarlo.
  • Si el diente ha salido completamente, no deberemos agarrarlo por la raíz sino agarrarlo por la corona, intentar lavarlo con un chorro de agua corriente y no secar.
  • Introducirlo directamente en un recipiente con leche fría, nuestra propia saliva, suero fisiológico o agua, en este orden de preferencia, para su transporte.
  • Nunca deberemos ponerlo con líquido desinfectantes o antisépticos.

En la consulta valoraran que posibilidades hay de salvar el diente.