Como ya sabemos es muy importante introducir a nuestros hijos en el ritual del cuidado bucodental desde muy pequeños. Ellos son los primeros en querer formar parte de esta rutina hasta que se vuelve aburrida y una obligación.

Por ello, debemos actuar y motivarlos de nuevo.

 

Cepillarse en familia

Cepillarse los dientes conjuntamente es muy buena idea para darles ejemplo y que puedan ver como lo hacemos. Es la oportunidad para enseñarles la cantidad de pasta de dientes a utilizar, cómo mover el cepillo, cómo llegar a los espacios más complicados… y que puedan imitarnos.

 

Juego y música

Los juegos junto con la música son los recursos que más los motivan. Conseguimos que, sin darse cuenta, se distraigan y conviertan el ritual en una actividad positiva. Podemos enseñarles una canción o vídeo sobre el tema para que puedan aprenderla y cantarla cada vez que llegue el momento.

 

Contar un cuento

Contarles cuentos en los que los personajes también se laven los dientes es otra manera de que aprendan. Podemos contarles historias sobre el cepillo y la pasta de dientes y que ellos sean los protagonistas. Así, conseguiremos que entiendan la importancia de porqué cuidar sus dientes.

 

Utilizar un reloj de arena o cronómetro

Es recomendable que los niños se cepillen durante 2-3 minutos. La idea es convertirlo en un juego y hacer una carrera. Se convierte en ganador, quien se limpie correctamente todas las superficies de los dientes en este tiempo.

 

Comprar un cepillo divertido

Si la forma y los colores de su cepillo de dientes les gusta, mostrarán más interés por este nuevo hábito. Es muy aconsejable comprárselo de sus dibujos animados o personajes preferidos.

A la hora de escogerlo hay que tener en cuenta el tamaño (acorde con su edad) y la suavidad de las cerdas. Debemos cambiarlo cada 3 meses. En cuanto a la pasta dentífrica, podemos escoger un sabor que les guste pero que no contenga azúcares ni tampoco que sea demasiado dulce.

 

Hay que felicitar y dar recompensa

Es importante que después de cada cepillado los halaguemos por el buen resultado y los felicitemos. Los niños necesitan nuestra admiración y aprobación. De vez en cuando también podemos premiarlos con algún detalle siempre y cuando no sean dulces ni caramelos. Es una forma de motivarlos para que sigan haciéndolo.

 

Involucrar a su juguete preferido

Para los más peques, involucrar a su juguete favorito puede ser un atractivo más. Puede convertirse en una actividad a dos en la que nuestros hijos se impliquen ayudando a cepillar los dientes de su compañero.

 

Revelador de la placa

Este es un producto que cuando se aplica, colorea la placa bacteriana. De esta manera, podemos ver las zonas en las que el cepillado no se ha realizado correctamente. Además de ser un recurso muy útil, a los niños la idea de que se les tiña la boca les puede volver locos.

 

Si aplicamos estos trucos, los niños no solo se lo pasarán bien, sino que también aprenderán el hábito.

Es fundamental que lo interioricen y lo incorporen a su rutina cuanto antes.

Aunque sean muy pequeños, debemos dejarles que se cepillen los dientes ellos mismos para que aprendan a hacerlo sin ayuda (siempre con la supervisión de un adulto).

Mantener una buena higiene dental a estas edades, les evitará problemas mayores en un futuro.